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Gustave Flaubert

Noviembre

  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    ver cómo se mira la luna en el estanque de mármol de la Alhambra, donde en otros tiempos se bañaban los sultanes…
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Me sentí arrastrado por un huracán de amor. Estallaron gemidos y, después, gritos agudos. Su saliva borboteaba en mis labios húmedos y me espoleaba. Nuestros músculos, enroscados en un mismo nudo, se apretaban y penetraban mutuamente.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    me los besó tiernamente, rozándolos apenas con los labios,
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Íbamos a separarnos para no volver a encontrarnos jamás; hasta los átomos que flotan y se deslizan por el aire tienen encuentros más prolongados que los que viven, sobre la tierra, los corazones amantes. No hay duda de que, por la noche, los deseos solitarios se elevan y los sueños corren a buscarse los unos a los otros. Uno suspira quizá por un alma desconocida que, a su vez, en otro hemisferio, bajo otro cielo, suspira por él.

    ¿Qué tipo de sueños discurrirían por su mente en aquel momento? ¿Pensaba en su familia, su primer amante, en el mundo, los hombres, en una vida de opulencia, un ansiado amor, o tal vez en mí? Yo espiaba su sueño, con los ojos fijos sobre su pálida frente, tratando de descubrir un significado en el ronco sonido de su respiración.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Completamente ajenos hasta aquel día, el azar nos había unido. Estábamos en el mismo lecho, vinculados por una fuerza sin nombre.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Me arrepiento de eso ahora que no tengo nada: ni un guante, ni un ceñidor, ni siquiera tres rosas secas guardadas en un libro, nada más que el recuerdo del amor de una mujer pública.

    Cuando terminó, volvió a acostarse a mi lado. Se introdujo entre las sábanas temblando de concupiscencia.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Sí, sí, bésame, bésame! Tus besos me rejuvenecen —me decía—. Me encanta tu olor, tanto como el de mi madreselva en el mes de junio, es fresco y dulce a la vez. Déjame ver tus dientes; son más blancos que los míos. No soy tan hermosa como tú… ¡Ah, qué bien se está aquí!

    Y apoyó su boca sobre mi cuello, explorándolo con besos rudos, como una fiera sobre el estómago de su víctima.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    silencio, deja que te mire, que te contemple con detenimiento, para acordarme siempre de ti!
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    Yo las paladeé a placer.
  • Mauricio De Martinihas quoted3 years ago
    , con qué fuerza me elevé hacia un nuevo cielo!
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