En EL MUNDO AL FINAL DEL TIEMPO, tenemos dos historias paralelas; la de Wan-To, uno de los alienígenas más extraños que ha creado la ciencia-ficción, el cual vive dentro de estrellas y puede manipular a su antojo materia y energía, siendo sólo describible en términos humanos cómo sobrenatural.Wan-To se halla en guerra con sus hijos/hermanos, y lucha contra ellos destruyendo las estrellas en las que habitan.Paralelamente, dos naves de colonización humana se dirigen hacia Nuevo Hogar del Hombre, un planeta habitable no lejos de la Tierra. Al acercarse, descubren que algo raro pasa en algunas estrellas, sin imaginarse que en un lance de la guerra, Wan-To (mejor dicho, una copia suya) hará moverse a una velocidad muy próxima a la de la luz el sistema en el que se halla el planeta, provocando que el tiempo en él transcurra de una forma mucho más lenta que en el universo exterior.A lo largo de la novela, irá transcurriendo la larga lucha de Wan-To, primero contra sus hijos/hermanos y luego por sobrevivir en un universo que está muriendo, y paralelamente la vida del principal protagonista, Viktor Sorricaine desde que es un adolescente a bordo de la nave hasta que ya está bastante crecido. Durante ésta, irá viendo las profundas transformaciones que va sufriendo la colonia, viviendo en sociedades al menos extrañas y que quizás hubiera sido mejor desarrollar un poco más.Aparte de su originalidad, lo mejor de la novela es el modo en que trata la contracción del tiempo a muy altas velocidades, de modo que en la colonia pueden haber pasado 4000 años. Sin embargo, en el exterior ha pasado muchísimo más tiempo y las cosas han cambiado mucho (y para mucho peor)