No podía prometerle que estaría a su lado, porque no era verdad. Tampoco que sabría tomar las decisiones acertadas, porque Margot bien sabía que equivocarse forma parte de la condición humana. No podía decirle que sería feliz, que conseguiría todo lo que se propusiera ni que enamorarse sería una aventura increíble, porque todas esas cosas solo dependían de Rain y de sus propias elecciones.