Ningún fenómeno político internacional nace de la nada. Los principales eventos son resultado de un juego de fuerzas que determinan un clima de época. La caída del Muro de Berlín en 1989 no solo marcó la debacle de la Unión Soviética, sino que fue el punto de inflexión para el ascenso de China promovido desde Estados Unidos que suponía que, estimulando la esfera de los negocios, se achicaría el ámbito de influencia del régimen político chino.
El experimento no funcionó y apareció en la selva una especie nueva. Más capitalista que el más capitalista, más autoritario que el más autoritario. Si el mundo chino era ese universo tan lejano y misterioso, el coronavirus se ocupó de traerlo a domicilio.
En este nuevo contexto donde Estados Unidos y el gigante asiático compiten en una nueva guerra fría por el liderazgo científico y tecnológico mundial, Argentina deberá aprovechar con inteligencia y coraje los desafíos que se le presentan.
Esto es lo que propone Daniel Montoya en Estados Unidos versus China, un libro imprescindible para entender el presente y proyectar el futuro de la Argentina.