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Pedro Juan Gutiérrez

Estoico y frugal

  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    En fin, era un huracán soplando intensa
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    con el cerebro vacío pero con enormes re
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    das. Creo que me escribía bajo la influencia de su excelente cosecha de cannabis. Era evidente que se aburría como una ostra en aquellos parajes, comiendo verduras al vapor y con muy poco dinero. De nuevo le contesté admirado por sus aventuras: «Muy bien esas locuras. Yo prefiero los romances así, intensos y breves. Nunca he tenido romances largos y aburridos.» Esas palabras la estimularon: «Me gustaría que vinieras. He preguntado a mis profesores. La universidad te invitaría, pero puedes quedarte todo el tiempo que quieras en mi casa, que es grande y tengo tres habitaciones libres
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    y en shock. Había tenido no sé cuántos orgasmos. Algo increíble. Casi no podía caminar porque..., en fin, era muy grande para mí, y me desgarró y tenía sangre y semen chorreando por los muslos. Pero me gustó. Lo terrible fue que aquella violencia tan brutal me gustó. Ahora él de nuevo estaba alegre, despreocupado y chispeante, como si no hubiera pasado nada, y me pedía que lo invitara a una cerveza y a cenar porque no tenía dinero. Jugaba conmigo como un niño con un juguete nuevo. Me sentía conmovida. Nunca había pensado en esta posibilidad. Yo había estimulado de ese modo a un hombre excepcionalmente hermoso, viril y sexual. No me parecía cierto. Aquel hombre tan inteligente se había convertido en un animal salvaje gracias a mí. Creía que era un sueño. El romance se alargó y fue mucho más intenso. Fui varias veces a Cuba. Me enamoré totalmente. Finalmente nos casamos, él vino a vivir a esta casa, fui
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    «Enseguida nos besamos. Lo que yo pensé que sería un romance fugaz pero cálido y dulce se convirtió en un huracán en dos minutos. Ya eran las doce de la noche o más. Soplaba un aire frío del norte, había un oleaje fuerte salpicando sobre la calle y por supuesto no se veía a nadie por allí. Me llevó al interior de un edificio muy oscuro, un palacete venido a menos, con una escalera de mármol ancha y sucia. Todo a punto de caerse a pedazos y con olores a orina y excrementos. Allí, debajo de aquella escalera, casi me violó. Con una brutalidad inesperada me agarró fuerte por el pelo y me estremecía a tirones a la vez que me susurraba al oído: “Puta, cochina, puta”, mientras, de pie, me penetraba violentamente muchas veces. Él enloqueció y yo perdí la noción del tiempo. Cuando al fin terminamos y salimos al Malecón, yo estaba extenuada, adolorida,
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    El vértigo y la imprevisión es una marca, un hierro al rojo vivo que nos clavan en las ancas. Y, como he dicho antes, es mejor no intentar escapar porque el exilio casi siempre es castrante. M
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    Olvidamos rápido y comenzamos de nuevo. En el mismo punto. Una y otra vez. «El subdesarrollo es la incapacidad de acumular experiencia», escribió Edmundo Desnoes en Memorias del
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    imprevisible, cambiante y complicado que uno vive confundido. Es perturbador y vertiginoso. Como si hoy fuera el primer día de la creación y estuviéramos siempre empezando desde cero
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    Vivía con una pistola
  • Milton Ortizhas quotedyesterday
    Me ajusté bien la bufanda, los guantes y el gorro y estuve un buen rato caminando sin rumbo. Me pareció que era lo que había hecho toda mi vida: caminar sin rumbo. En la noche. Caminar y caminar. Caminé hasta que amaneció, sin pensar. Me había convertido en un experto en el arte de no pensar, no torturarme con demasiadas ideas. Quizás es una ley básica de la supervivencia.
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