En un intento por proteger a su familia, Kathryn Morland se había sumergido en el oscuro mundo de Nueva Orleans, un mundo lleno de ceremonias de vudú y esclavos del sexo. Consiguió entrar haciéndose pasar por uno de ellos y eso le dio el coraje necesario para continuar… e hizo que le resultara imposible resistirse a los encantos de Roark Lansing, un guapísimo desconocido que se le coló en el corazón.
Roark necesitaba a toda costa que Kathryn confiara en él. Porque lo cierto era que él no era uno de sus enemigos, en realidad estaba trabajando de incógnito y luchaba contra el mismo mal que ella, un mal del que quería protegerla fuera como fuera.