Los jóvenes muestran su cuerpo-territorio significado, se convierten en murales, ambulantes con consignas antipoder, que incluyen a los nombres de los finados y exhiben consignas antisistema del sistema que los proscribe. Los cuerpos y vestuarios marcados y significados pasean las demandas, los agravios, los emblemas de las resistencias, los propios cuerpos son el mensaje de las biorresistencias ampliadas e integradas en las gorras pues, al portarlas, al exhibirlas, al marchar juntos, se convierten en un elemento muy claro de confrontación de resistencia activa, donde ya no solo se busca sobrevivir al sistema que, desde su mirada aporofóbica, le reduce a la condición de cuerpos disminuidos, estigmatizados. Ahora, ellos se muestran desafiantes exhibiendo el poder que se consigue en el momento en que se toma conciencia del desprecio del otro que te niega y que, mediante la negación de los elementos que te identifican, busca borrarte, hacerte invisible, desaparecerte
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