—¿No habrás vuelto convencida de la futilidad de la vida y de que nada tiene sentido?
—Para nada. Me he convencido de que debo dar el cien por cien en cada momento. Porque, si existo, aunque sea una insignificante partícula de polvo en este universo, por algo será. Así que debo amarme. Debo apreciar la vida que me ha tocado vivir para que no pierda su sentido.