Cristina es una joven educada para disfrutar de una vida apacible en el seno de una familia conservadora que de un momento a otro ve cómo su mundo se desmorona cuando el país experimenta una verdadera convulsión social. Entre 1857 y 1861 Cristina va madurando al tiempo que escribe en su diario las cartas de familiares y de su amado Felipe, lo mismo que sus reflexiones personales, sus tristezas y sus alegrías.