Tras la organización del delirante bautizo de su anciana madre, Robert prepara la elección del próximo jefe del pueblo. Una contienda electoral que enfrentará a Gédéon, candidato autóctono y cristiano, y al hijo mayor de los Catapila, musulmán y nacido en el pueblo, pero considerado por muchos como extranjero sin derecho alguno a ejercer el cargo. Un momento importante en la historia del lugar en el que se medirán ideologías, religiones y, sobre todo, tolerancia.
La última parte de la trilogía político-social marfileña de Venance Konan puede leerse como relato independiente o como continuación de Robert y los Catapila y Los Catapila, esos ingratos. Con el primer relato vimos cómo los Catapila llegaban al país de Robert desde una tierra “tan seca como ellos” y se convertían en el motor de la economía local. En la segunda entrega estallaba el conflicto: los Catapila, ¡esos ingratos que Robert había acogido!, reivindicaban los mismos derechos que la gente del lugar. En esta última novela de la saga Catapila, Venance Konan plantea, con su humor e ironía habituales, una pregunta clave para la convivencia: ¿hasta cuándo se es extranjero en un país?