A finales de la década de 1940, Superman habría obtenido el poder de volar y era capaz de elegir y alterar su trayectoria después de abandonar el suelo. En este punto puede considerarse que Superman había alcanzado el libre albedrío en relación con las leyes de la física. Con el tiempo adquirió un conjunto de otras capacidades que pudieran no estar razonablemente justificadas por la gravedad más intensa de su planeta de procedencia. Esos poderes incluían diversos modos de visión (calor, rayos X y otros), superoído, superrespiración (exhalación o soplido), e incluso superhipnotismo[13].