Este libro no fue escrito para deleitarse en la catástrofe, ni para ser grosero, ni para discutir con puntillosos demográficos académicos. Tampoco fue escrito para alarmar de manera gratuita a la población sin ofrecer esperanza y soluciones concretas, viables y sostenibles en el tiempo, como deben serlo al menos durante un par de generaciones. No.
El propósito es el de mostrar un análisis de las causas y las consecuencias que ponen en peligro la continuidad, tal y como la conocemos, de varias comunidades autónomas.
A juicio del autor, Manuel Blanco Desar, quienes sostienen que la reducida fecundidad no es preocupante, a menudo, se justifican a sí mismos. En el fondo, asegura, actúan como los defraudadores de impuestos, o como los que se niegan a donar sangre tras una tragedia colectiva porque temen, como niños, el pinchazo.
Ellos encontrarán múltiples medidas paliativas para zanjar el problema a corto plazo, para ir tirando un tiempo sin solucionarlo. Y es que, como escribe jocosamente Blanco Desar, «sólo los tontos tienen hijos. Los listos se abstienen de tenerlos».