Es nuestra última oportunidad —repitió el jefe—. Si no actuamos ahora nunca seremos ya capaces de seguir el dictado supremo de la libertad, de ejecutar los actos necesarios para llenar el vacío de este mundo, a menos que estemos dispuestos a sacrificar nuestras vidas. Pero, como comprenderéis, es absurdo que los verdugos arriesguen la vida. Si no actuamos ahora ya nunca seremos capaces de robar, de matar ebookelo.com - Página 101
o de hacer cualquiera de las cosas que testimonian la libertad del hombre, y terminaremos en las adulaciones vomitivas y los cotilleos; temblaremos día tras día, agobiados por la sumisión, el compromiso y el miedo; nos preocuparemos por lo que digan los vecinos; viviremos como ratones estridentes. Y algún día nos casaremos, y tendremos hijos, y al fin llegaremos a ser padres: lo más vil en este mundo.