Cada secreto desvelado, cada pequeño nodo conectado. Esta es una historia que maneja dos líneas paralelas y 3 narradores centrales (Ruth, Alexander y Moira); donde la Escocia de 1860 y la de 1990 chocan cuando se descubre el esqueleto de un bebé selkie sepultado bajo una casa.
Una historia de hadas, pueblos y lamentos de las gélidas pero majestuosas islas Hébrides, que toca aspectos de biología, ciencia, religión y emigración; pero más que nada, es una historia de pérdida -el luto por alguien, por un lugar, por lo que pudo ser- de esperanza, fe y amor. Las descripciones de paisajes son lentas pero buenas. No me arrepiento de haberlo leído.
3.5 estrellas