Con absoluta incredulidad, la señorita Marple leyó la carta enviada por el recientemente fallecido Amos Rafiel, un conocido con el que se había cruzado en sus numerosos viajes.Reconociendo en la señorita Marple un olfato natural para hacer justicia, Rafiel ha dejado instrucciones para que ella investigue un crimen tras su muerte. El único problema es que no le explica ni quién está involucrado en el crimen, ni dónde ni cuándo ha sido cometido…