Las paredes negras y ampolladas de la habitación de la familia Hameed cuentan un crimen inefable. El sábado murieron allí siete miembros de la familia, seis de ellos quemados vivos por una turba que irrumpió en su casa y mató al abuelo de un disparo, solo por ser cristianos.
La familia se había amontonado en la habitación y hablaban en susurros, con sus espaldas apretadas contra la puerta, mientras la turba los insultaba.
«Ellos decían: “Si salen, los matamos”», contó Ikhlaq Hameed, de 22 años, quien pudo escapar. Entre los muertos había dos niños, Musa, 6, y Umaya, 13.1
El artículo describía una matanza que perpetuó a una multitud de veinte mil musulmanes y que duró ocho horas en Gojra, Pakistán, donde los cristianos representan menos del cinco por ciento de la población. Además de los miembros asesinados de la familia Hameed, veinte cristianos resultaron heridos y la turba quemó y saqueó cien hogares cristianos, en algunos casos acabaron con el sustento de la familia.
¿Por qué?
El día antes, en una fiesta de bodas en una villa cercana, acusaron a los cristianos de quemar un Corán. Los oficiales que examinaron la acusación dijeron que los cargos eran falsos, pero los líderes religiosos de la localidad usaron la noticia para convocar a los musulmanes en contra de la minoría cristiana.
Los Hameed, una familia cristiana, no estaban involucrados en nada de eso. Ellos estaban desayunando en su casa mientras la turba se organizaba cerca de allí. Cuando el abuelo abrió la puerta para ver qué ocasionaba el ruido, los musulmanes entraron corriendo. Los Hameed trataron de refugiarse en una habitación trasera mientras la turba entraba a su casa y la saqueaban antes de prenderle fuego.
El Espíritu se mueve en mí
Yo no podía creer lo que estaba leyendo. No es frecuente que el maltrato a los cristianos reciba publicidad en la prensa nacional, sin embargo, esta historia estaba en el New York Times. Busqué información adicional en otros periódicos y supe que, al parecer, la policía pakistaní estuvo presente mientras ocurría la masacre y no hizo nada. El comentario de uno de los sobrevivientes fue lo que más me conmovió. Decía que no se vengaría porque la Biblia le enseñaba a orar para que sus enemigos vieran la luz.
Comencé a orar por los cristianos en Pakistán, pero mientras oraba em