Eres frío y exasperante y admito que un poco imponente. Pero también eres paciente y generoso y brillante. Me inspiras a perseguir mis sueños y a dejar atrás mis pesadillas. Eres todo lo que no sabía que necesitaba, y me haces sentir más segura que cualquier otra persona de este mundo. —Respiré hondo—. Lo que intento decirte, otra vez, es que te quiero, Alex Volkov. Cada parte de ti, incluso las partes a las que pegaría.