David Wellington, con su particular estilo, finaliza la historia de licantropía que comenzó con Balas de Plata, y una vez más demuestra que es uno de los mejores escritores contemporáneos de terror. Los días se vuelven más fríos. Las noches, más largas. Y cada vez que sale la luna, la loba que habita su interior es más fuerte. Cheyenne Clark se ha transformado en una de esas bestias a las que tanto desprecia. Ronda el Círculo Polar Ártico en búsqueda de un antiguo secreto que podría liberarla de la maldición de la licantropía y devolverle su esencia humana. Pero entre Chey y su meta se interponen un cazador de hombres lobo que ha descubierto un arma diabólica para acabar con ellos, una mujer loba de varios siglos de edad con oscuros propósitos… y los sentimientos de Chey para con el hombre que arruinó su vida y que ahora podría salvarla. Sin embargo, el obstáculo más difícil de sortear es que la loba que vive dentro del cuerpo de Chey se vuelve más y más fuerte al pasar el tiempo. Poco queda para que la mujer desaparezca del todo y tan solo quede la bestia.