El Renacimiento

En general, podemos señalar que la ciencia abandona los métodos deductivos y se aproxima cada vez con más entusiasmo a los métodos inductivos, pues sostiene que todo conocimiento debe venir por la observación paciente de los fenómenos naturales y no por la revelación.

Este nuevo modo de vida resucita en grado sumo las obras antiguas, pero no debe creerse que la causa del Renacimiento artístico es que los italianos descubrieron las obras clásicas de las artes y las letras, sino precisamente al contrario, es decir, que buscaron y valoraron estas obras porque había cambiado su estilo de vida, porque la mentalidad renacentista -individualista y liberal-permitía a los hombres gozar con las bellezas naturales y por tanto apreciar la belleza formal de las obras clásicas de Roma y Grecia. No consiste, pues, el Renacimiento, como se ha sostenido algunas veces, en una vuelta a la Antigüedad. Esta vuelta se produjo, pero fue algo accidental.

Se notan, pues, en el Renacimiento dos tendencias distintas: una, la de los eruditos opuestos al cristianismo -italianos sobre todo- que querían volver a la cultura antigua; otra, la de los humanistas flamencos e ingleses que querían someter a crítica el pensamiento medieval, pero sin abandonar las bases cristianas.

En este sentido Lutero sólo fue un eco divulgador del estado de ánimo y las ideas lanzadas por todos estos hombres italianos, ingleses, holandeses y franceses. La emancipación social y econó-mica reclamaba a voz en grito una emancipación espiritual paralela. Esta emancipación del espíritu occidental brota bruscamente en el siglo siguiente produciendo escisiones y luchas sangrientas.

En 1516 escribe Moro su obra más característica, la «Utopía» que es una obra de ideas democráticas y morales cuyas consecuencias no se pueden prever fácilmente, pero sin duda influyó grandemente en la obra de los reformadores políticos y sociales de los siglos XVII y XVIII.

El Renacimiento y la Edad Moderna europea no hubieran sido posible ni puede imaginarse sin la invención del papel y de la imprenta. Estos dos descubrimientos técnicos hicieron posible la civilización occidental

Se hacen impresiones y más impresiones, y las ideas y los pensamientos de los europeos se intercambian entre sí con una velocidad y una eficacia que antes no había conocido ninguna cultura. De la imprenta a nuestra civilización del siglo XX se ha experimentado una aceleración histórica tan sorprendente que han sido posibles los múltiples inventos técnicos y científicos que se han experimentado en estos últimos tiempos.

Pero el invento más formidable de la época es la imprenta

Pero nadie más representativo que Leonardo da Vinci (FIG. 26) para sintetizar el genio de la época. Hombre preocupado por mil problemas de todos los campos del saber, aunque su fama la ha obtenido como artista plástico, fue un gran ingeniero y un consumado científico y matemático sin igual.

Florencia, a la caída de Constantinopla (1453) se convirtió en la metrópoli intelectual de Europa, dando cita a todos los refugiados orientales y a los curiosos occidentales. Este fecundo intercambio de hombres y palabras habría de producir una de las mayores revoluciones culturales y artísticas de la Historia. El Renacimiento, lo que conocemos por este nombre, es decir, la suma de manifestaciones culturales, literarias y artísticas que tuvo lugar en el siglo XV, no es más que un modo nuevo de vivir que inventaron los florentinos.