La novia de Sandro

Por las dudas, cerré todas las ventanas y respiro despacio.

Afuera los pájaros piensan que morí de amor.

Toda mi casa huele al perfume exquisito y humilde

que pudiste comprar

con tu sueldo de profesor en un país como este.

Algo adentro se agita como una manada con hambre:

la rutina interrumpida por la ausencia de tus

besos

No sé por cuánto tiempo no voy a verte,

tomo conciencia de todos los sitios que llena

tu ternura.

Al llegar a casa, un dolor en la nuca

me recordó que tenía un cuerpo y,

en orden de mérito,

vos te lo merecías por completo.

Estas son las últimas palabras de una amante

desahuciada,

una conversación con algún dios al que le sobra

el tiempo.

Para no llorar, se prende un cigarrillo y llena de tinieblas sus pulmones.

como se hace una obra de arte.

Alguna vez pareció imposible que una pueda hacer la felicidad

No es que esta distancia sea irreconciliable, pero conozco a los hombres. Yo misma solía ser uno.