El secreto de Agatha

A mi modo de ver, Agatha fue el raro ejemplo de una mujer que utilizó su capacidad, talento y valentía para escapar de los confines de su época, con los límites que se imponían a las mujeres, y arrebatar el control de su vida.

Nunca hubiera logrado convertirme en esa persona siendo la esposa de Archie. El hombre que creí que era, el hombre que pudo alimentar mis fortalezas y mi talento, nunca existió. Le insuflé vida con mi escritura la noche que nos conocimos en la pista de baile en Chudleigh Hall, así como lo hice con los personajes de mis novelas policiacas.

Ya he perdido mucho por culpa tuya, no perderé a Rosalind. Para evitarlo necesitaba que todos supieran que tú eres la causa de nuestros problemas y que hice todo lo que pude para salvar nuestro matrimonio y nuestra familia.

¿Cómo era posible que alguna vez pensara que este hombre egoísta y textual fuera maravilloso? Si él no hubiera sido ese lastre que me tiraba hacia abajo, mi mente y mi pluma serían libres para elevarse. Pero primero debo cortar la cuerda de ese lastre y solo hay una manera de hacerlo.

nunca me hubiera levantado de mi lecho de muerte para renacer como la nueva persona fuerte en la que me he convertido estos últimos meses. No solo te hubieras llevado mi verdadera naturaleza, sino que me hubieras arrebatado mi reputación y, lo más importante, me hubieras quitado a mi hija.

Archie entrecierra los ojos mientras me evalúa, y por primera vez se da cuenta de quién soy, de todo lo que soy capaz y de mi determinación. No me sorprende su reacción. Solo hasta hace poco yo misma comprendí la fortaleza de mi poder. ¿Cómo esperar que Archie, con su forma tan limitada de ver la vida, comprendiera mi capacidad antes que yo?

¿por qué organicé mi desaparición?

Mataste a la mujer inocente que yo era, la que creía que tenía un matrimonio feliz y una vida familiar agradable, a quien modeló toda su existencia alrededor de ti y de tu felicidad. Es igual que si hubieras cometido un asesinato.

—¿Cómo pude? ¿Cómo pudiste tú? ¿Cómo pudiste tener una relación con Nancy Neele? ¿Cómo pudiste dejarme sola con mi dolor por mi madre, sin una pizca de emoción, y después usar esa pena como excusa para tu amorío? ¿Cómo pudiste abandonar a tu familia después de haberme pedido tanto? —pronuncio todas estas preguntas de forma tranquila, expresando claramente la ironía de su pregunta.

—No es nada de lo que debas preocuparte, Rosalind —dije mientras me ponía de pie con la ayuda de Charlotte—. No tiene nada que ver contigo. No te preocupes.

—Oh, lo sé, mamá —respondió con confianza y seguridad—. Después de todo, papá a mí me quiere, pero a ti no mucho.