Como primer paso, Salinas se encargó de detener mediante un hábil operativo al corrupto líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, alias la Quina, quien soterradamente había apoyado la campaña de Cárdenas y había financiado la publicación de un libelo contra él.8 Y, luego, no dudó en reconocer a Ernesto Ruffo Appel, del PAN, como gobernador de Baja California, la primera vez que eso ocurría con un gobierno estatal en décadas