Su propósito es servir de consuelo y compañía durante toda la vida, y también, cosa más importante, hacer las veces de depositarias de todas las dudas, miedos, impulsos violentos, deseos de venganza: ser un objeto de alivio y veneración, pero también de cabeza de turco, o de turca, cabría decir. No sé si Ursula ha sido algo así para mí. Es un pensamiento sombrío que no me gusta considerar