Desayuno de campeones

i madre también lo estaba.
* * *

El dinero hacía muchos trucos de magia como es

abía comprado cien acciones de Xerox, por ejemplo, por ocho dólares la acción. Con el paso del tiempo, sus acciones se habían revalorizado cien veces, simplemente aguardando en el silencio y la oscuridad totales de una caja de seguridad.

e preguntó cómo se había sentido al trabajar para una industria cuyo negocio era destruir el campo, y el viejo respondió que por lo general estaba demasiado cansado para que le preocupara

ensaba que el planeta era espantoso, que nunca deberían haberlo enviado aquí.

na vez escribió un cuento sobre un chimpancé optimista que llegaba a ser presidente de Estados Unidos. Lo tituló: Viva el jefe, como el himno presidencial.

o mismo no lo sabré hasta que averigüe si la vida va en serio o no —dijo Trout—. Es peligrosa, eso lo sé, y puede ser muy dolorosa. Pero eso no significa necesariamente que también vaya en serio.

Ser
los ojos
y los oídos
y la conciencia
del Creador del Universo,

ntes yo era conservacionista. Lloraba y me lamentaba de que la gente le disparase a las águilas calvas desde helicópteros con fusiles automáticos y demás, pero lo dejé. Hay un río en Cleveland que está tan contaminado que se incendia más o menos una vez al año. Antes me ponía malo, pero ahora me río. Cuando un petrolero vierte accidentalmente su carga en el océano y mata millones de pájaros y miles de millones de peces, digo: «Más poder para la Standard Oil», o para quienquiera que lo vertiera. —Trout levantó los brazos en señal de celebración—. A tomar por culo con Mobil gas —dijo.

como si el único trabajo que pudiese conseguir hoy un estadounidense en estos tiempos fuera algún tipo de suicidio.
—Buena observación —dijo Trout.