1. The Sweetest Oblivion

Me reí. Estaba bastante seguro de que prefería cortarme el brazo izquierdo antes que lastimarla, pero joder si le iba a hacer saber que ella era mi mayor debilidad.

Cuando una cara familiar apareció en la pantalla, mi pulso se detuvo. Y cuando las palabras Oscar Pérez seguidas de fue asesinado de un disparo frente a su apartamento, pasaron por los labios rojo rubí de la reportera, me ahogué con mi cereal.

No habían pasado ni diez segundos, antes de que: —¡Hijo de la puta! —Salió de la oficina de mi padre.

—Golpea a una mujer delante de mí y no estarás vivo para hacerlo de nuevo —gruñó Nico.

—Si no tardas mucho, te esperaré aquí toda mi vida.—

-Oscar Wilde

—Creo que hay que pagar por el amor con lágrimas amargas.—

-Edith Piaf

—No he matado a ningún hombre, que, en primer lugar, no merecía ser asesinado.—

-Mickey Cohen

Me encantaba lo grande que era y cómo me sentía siempre pequeña y segura con él.

—Fóllame —gimió, antes de agarrar mis caderas, levantarme, y encontrar mi boca con la suya. Finalmente. Mis piernas se enrollaron alrededor de su cintura y mis manos se enterraron en su cabello.

—Estamos más vivos cuando estamos enamorados.—

-John Updike

Haría que esta chica me quisiera, me necesitara, me amara, porque joder si lo hiciera solo.