Pídeme lo que quieras y yo te lo daré

mi amor me mira y, con una de sus increíbles sonrisas, dice antes de besarme:
—Pequeña, pídeme lo que quieras y yo te lo daré.

—Pídeme lo que quieras y yo te lo daré. Pero sólo yo, mi amor. Sólo yo.

las cosas que merecen la pena en la vida nunca son sencillas.

Sus circunstancias personales me dan igual, como a ellos les dieron igual las mías. Es duro decirlo, pero lo pienso así.

Lo miro, quiero abrazarlo. Él es mi bonita historia de amor, pero algo me frena, y doy un paso atrás para alejarme de él

Sin duda, he recuperado mi anillo, pero estoy perdiendo a mi amor.

Gimo de tal manera que mis propios gemidos me excitan más y más a cada segundo.

—Porque, desde que estoy contigo, he aprendido que las cosas que merecen la pena nunca son sencillas,

Pero, antes de que pueda calibrar lo que siente, se levanta, me acerca a él, de un tirón me baja la falda, me sienta sobre la mesa y, con lascivia, pasa la lengua por mi labio superior, después por el inferior, y me lo muerde. Yo jadeo, ¡me vuelvo loca!

en su defensa tengo que decir que no me considero ningún corrupto ni ningún degenerado. Es sólo una clase más de sexo, tan respetable como la que tú y yo practicamos.