No fue algo aislado. No fue solo durante un período de tiempo. Era una conducta depredadora constante hacia las mujeres, la consintieran o no.
Dijo que estaba grotescamente incrustada en la cultura de la empresa y que esta, básicamente, tenía un proxeneta a sueldo con un cargo muy impreciso que encubría su verdadero papel: procurarle mujeres al jefe.
—¿Se sabía que tenía una conducta, por utilizar un término que usted ha empleado, «depredadora» con las mujeres? —pregunté.
—Por supuesto —dijo ella—. Lo sabía todo el mundo.
Envié un mensaje de texto a Noah Oppenheim. «Para tu info, el reportaje sobre HW pinta