Oscuros

Pero han cerrado el paraiso a cal y canto…
Debemos dar una vuelta al mundo
para ver si se han dejado abierta una puerta trasera.

—Hago todas estas cosas —dijo Daniel acercándose a ella hasta que sus frentes se tocaron— porque tú eres mi amor, Lucinda. Para mí eres lo único que existe.

Cuando su mano le tocó el hombro, tuvo la impresión de que le quemaba a través de la camisa y se quedó boquiabierto. Nunca antes se habían tocado en esta vida, y el primer contacto siempre lo dejaba sin aliento.

Tenían una mirada felina, entre atrevida y confusa, desconcertante.

—Ya sabes que a todo el mundo le encanta odiar a un par de tortolitos felices

Si tú eres de los buenos —le escupió Luce—, no merece la pena luchar en esta guerra.

Luce insistiría en que cualquier rareza por su parte era solo una respuesta a una rareza mayor por parte de Daniel.

El hecho de que valiera la pena quedarse en aquel infierno de Espada & Cruz solo por estar un poco más con Daniel, a Luce le parecía algo totalmente cierto y totalmente loco a la vez.

ESPERANDO EL MOMENTO OPORTUNO.

«Tú eres mi amor, Lucinda. Para mí eres lo único que existe».