¿Qué sucedió con los partidarios de la guerrilla en América Latina de los años setenta?, ¿qué rumbo tomaron los ideales impregnados de marxismo de aquellos jóvenes, quienes se organizaron y lucharon por construir un mundo que consideraron mejor?
Esta extraordinaria novela escrita por Marxitania Ortega ofrece entre sus líneas las respuestas, o por lo menos intuye lo que muchos de los protagonistas y simpatizantes de las guerrillas gestadas en América Latina vivieron, antes y después del desencanto que flotó en el aire luego del acabose del mundo bipolar. Los hechos que aquejan al México de hoy, las matanzas contra los protestantes, las masacres cometidas en el estado de Guerrero a causa del narcotráfico, traen a colación una reflexión obligada sobre los conflictos y protestas en la historia de aquel estado. Invitación que lleva a cabo esta novela.
El tiempo transcurre en esta historia entre dos vidas: Sara, la hija de aquel apasionado guerrillero, una joven que vive en pleno “desencanto” y cuya generación incluso pareciera estar perdida en una vorágine sinsentido; las becas institucionales, los viajes y el conocimiento académico no son el suficiente soporte de su existencia. Y Antonio, una vida que se describe en pasado, en un tiempo de nostalgia y hasta de melancolía que posiblemente devenga en el recuento de los días que muchos de aquellos guerrilleros tuvieron en común.
Las posibles conexiones de la vida son a veces los lugares visitados; en este caso, los lugares en los que padre e hija, Antonio y Sara vivieron en tiempos distantes: París, México y Cuba, ciudades que quedan como el único resquicio capaz de unir ambas vidas en el transcurrir de esta fantástica historia.