La buena guarda. Félix Lope de Vega
Fragmento de la obra
Jornada primera
(Entren dos damas, con mantos, y sus escuderos.)
Leonarda: Tarde pienso que venimos.
Doña Luisa: Sin misa nos quedaremos.
Escudero: La intención ofreceremos.
Leonarda: Culpa de tardar tuvimos;
aunque yo, por aguardaros,
la tengo mucho mayor.
(Dos galanes entren por la otra parte.)
Don Juan: Ayer me dijo Leonor
que esto viniese a avisaros;
y pienso que recibís
justamente estos favores,
pues tan honestos amores
a casaros dirigís;
que yo culpo grandemente
los mancebos atrevidos,
no solo que divertidos
están mirando la gente,
mas que quiten del altar
por un instante los ojos.
Don Luis: Desta guerra los despojos
a su templo se han de dar.
En sus gradas nos veremos
yo y Leonarda, si Dios quiere;
y pues es bien que espere,
no es mucho que a verla entremos.
El matrimonio, don Juan,
es sacramento; ese intento,
y a fin deste sacramento,
licencia a los ojos dan.
Miro una honesta mujer,
que la miro para mía.
Don Juan: Traigan los cielos el día
en que ya lo venga a ser.
Don Luis: ¿Podré en el agua bendita,
donde la mano metió,
ponerla yo?
Don Juan: Nunca yo
supe más de que nos quita
pecados y tentaciones,
porque es arma que defiende
contra el demonio, que emprende
encender nuestras pasiones.
Para templar las de amor
no fuera mal instrumento,
si fuera bueno el intento.