Al decir que el amor, o la victoria, es dios, o para ser más exacto, un dios, querían decir primero y ante todo que son cosas más que humanas, no sujetas a la muerte, eternas… Todo poder, toda fuerza que vemos actuar en el mundo, que no nace con nosotros y que perdurará después que nosotros hayamos muerto, podía ser llamada un dios, y la mayor parte lo fueron.