… Eres una criatura soñadora,
tu propia fiebre. Piensa en la Tierra,
¿qué júbilo te ofrece, aun en la esperanza,
qué refugio? Cada criatura tiene hogar,
y cada hombre días de alegría y dolor,
sean sus labores viles o sublimes.
Dolor únicamente, alegría únicamente. Diáfanos.
Sólo el soñador emponzoña todos sus días,
soportando más pesar del que merecen sus pecados.