Mariana sospechaba que Julian tenía razón: Tara conocía a su asesino. Así que tendría que descubrir sus secretos, cosa que no debería resultar muy complicada. En grupos como ese, una pequeña comunidad cerrada, los chismorreos eran algo muy extendido y la gente tenía un conocimiento muy íntimo de las vidas privadas de los demás. Si había algo de cierto en esa aventura que Tara afirmó tener con Edward Fosca, por ejemplo, seguro que correrían rumores al respecto. Siempre se podía aprender de lo que los demás estuvieran dispuestos a contar. Por ahí empezaría Mariana, por hacer preguntas.