Estos momentos me hacen pensar que la eterna rueda de la vida gira sin detenerse y que a cada instante, cada minuto, muere un hombre, acostumbrado e impotente, y nace uno nuevo, potencia pura y oportunidad de creación. El niño, imagen del superhombre para Nietzsche, es decir, de quien ama la vida, es la representación del futuro, incierto, posible, aún por edificar