Lacey Farrel, una joven vendedora de apartamentos, presencia involuntariamente un crimen y ve la cara del asesino. A pesar de que el FBI pone en marcha el programa de protección de testigos, el asesino no ceja en el empeño de encontrarla para matarla. En la vida de Lacey aparece el hombre perfecto, pero ella no puede correr el riesgo de enamorarse porque tiene prohibido revelar a nadie su verdadera identidad.