En palabras de Dolores Reyes: «Retener a un hijo adentro del vientre no es algo tan natural como suele pensarse, menos cuando ese vientre pertenece a un pueblo invadido. Engendrar, proteger, criar en un útero, en una cultura, es igual de dificultoso. En esta novela se crea una lengua por imágenes, olores, tactos, silencios y música, por la proximidad de la tierra y del río, de la vida pero también de la muerte.
Y que el río se lleve todo es una invitación al origen y al reconocimiento de los pueblos que se fueron y de los que tuvieron que quedarse esperando el regreso, de sus dioses antiguos y de los nuevos, de los exterminios y las supervivencias que hacen posible que estas voces todavía lleguen hasta nosotros».
Agrega Gabriela Cabezón Cámara: «Claudia Chamudis crea, con una lírica exquisita, la voz imposible, la perdida para siempre: la de la mujer originaria que resiste la llegada y el mundo del blanco. Y que el río se lleve todo no solo es hermoso. Es necesario».