Sólo estamos ampliando aquí el análisis de Jaspers. Un aporte esencial es haber puesto el acento en la aparición de sistemas de pensamiento, filosóficos y religiosos, siempre partes involucradas en nuestras sociedad actuales; una concepción evolucionista, aunque inscrita en una trama histórica clásica. Volvamos al aspecto mosaico de este periodo, que dura al menos cuatro mil años. Aquí, el término mosaico se vuelve ambiguo e incluso francamente contradictorio si pensamos en la aparición de las religiones resultado de la revolución mosaica –las heredadas de Moisés–, incluidos los monoteísmos. La revolución axial conduce a las civilizaciones a una revolución antropológica y cognitiva cada vez más centrada en los humanos y el deseo de otros mundos, que declinan todas las consecuencias conductuales y sociales presentadas en el cuadro al inicio de este capítulo. Pero esta evolución mosaica, en sentido religioso, se hace en mosaico a trávés de la evolución de los panteones de los grandes imperios, comenzando por el de los egipcios, entre tradiciones politeístas e intentos de imponer un dios entre los otros, como en tiempos de Tutankamón.