Siete razones para no enamorarse

Mujeres que están, pero nunca son. Mujeres que quieren, pero nunca aman. Mujeres que desean, pero nunca se apasionan. Mujeres que exigen la verdad, pero nunca la manifiestan. Mujeres que lo quieren todo, pero nunca entregan nada.
Mujeres que traicionan y que nunca olvidan.

En su cabeza estaba sucediendo algo extraño. Aquel mecanismo imparable que le había hecho durante años despertarse a media noche para anotar en un trozo de papel una idea seguía en blanco.

—Cuando algo falla en una pareja —le dijo intentando contener el dedo, que se le disparaba como el de una maestra dando una lección— no suele ser por culpa de uno solo. Normalmente tiene que ver con los dos.

—La respuesta, para mí, es que ser hombre o mujer no implica ser inocente o culpable —dijo Javier entrando en la zona portuaria—. Ambos tenemos la misma responsabilidad ante los problemas que nos salen al paso. Ambos tenemos la misma capacidad de encontrar una solución. Lo que sucede es que siempre es preferible achacar el mal al otro cuando las cosas no funcionan tal y como queremos. En vez de arremangarnos e intentar salvar la relación

Hay cosas que no pueden terminar tan mal. Dejan cicatrices que no se pueden borrar.

cosas que no pueden terminar tan mal. Dejan cicatrices que no se pueden borrar.

La vida no se puede construir sobre el rencor.

Mujeres que están, pero nunca son. Mujeres que quieren, pero nunca aman. Mujeres que desean, pero nunca se apasionan. Mujeres que exigen la verdad, pero nunca la

manifiestan. Mujeres que lo quieren todo, pero nunca entregan nada.
Mujeres que traicionan y que nunca olvidan

Es curioso; al final lo que te queda no es lo trascendente, sino lo más anecdótico, lo que menos importancia tuvo cuando sucedió.