Me llamo Manu. Tengo ya una cierta edad y soy un tipo normal, de esos en los que no te fijas cuando te los cruzas por la calle. Como comprobarás en breve, no soy escritor ni pretendo serlo. Pero tengo una historia que contar, la historia de Blanchard. Por esos azares de la vida, nuestros caminos se cruzaron entre contenedores de basura cerca de mi casa. En aquellos momentos, su situación era muy comprometida e intenté ayudarle. Así fue como, poco a poco y de manera natural, se fueron tejiendo vínculos de amistad y complicidad entre nosotros que, de alguna manera, perduran hasta el día de hoy. Conoció a mi familia y a mis amigos y ha convivido muchos meses entre nosotros como uno más. Ha sido una experiencia sumamente enriquecedora, ya que nos ha enfrentado a dilemas que abarcan temas como la confianza, la ayuda, el racismo, la migración, la amistad y, en última instancia, la propia vida.