El desarrollo del protestantismo evangélico en América Latina ha estado marcado por cambios radicales y mucha veces traumáticos tanto en el contexto como al interior de las iglesias. En un escenario de esas características se fue perfilando un pensamiento evangélico que, sin negar los aportes del pensamiento cristianos de Europa y los Estados Unidos, emprendió un camino de reflexión a partir del contexto sociocultural y de los fundamentos y práctica del evangelio. Progresivamente fue modelándose una teología concebida como integral e integradora acompañada de «vivencia del servicio en la misión y el liderazgo activo de sus protagonistas en la vida de las iglesias evangélicas». En esta perspectiva, este libro es un valioso recurso para entender los desafiantes y necesarios caminos que la teología evangélica ha recorrido en el siglo XX.