Vidocq. El nombre infunde terror en el bajo mundo parisino de 1818. Como fundador y director de un grupo de policías vestidos de civil de nueva creación, Vidocq ha utilizado su dominio del disfraz y la vigilancia para capturar a algunos de los criminales más famosos y escurridizos de Francia. Ahora está tras la pista de un misterio tentador, las andanzas del joven delfín Louis-Charles, el hijo de María Antonieta y Luis XVI.Héctor Carpentier, un estudiante de medicina, vive con su madre viuda en su casa, ahora transformada en una casa de huéspedes, en el Barrio Latino de París, en los días políticamente peligrosos de la restauración. A tres cuadras de distancia, un hombre ha sido asesinado, y el nombre de Héctor se ha encontrado en un pedazo de papel en el bolsillo del muerto: un caso para las habilidades deductivas incomparables de Eugéne François Vidocq, el hombre más temido de la policía de París. Al principio, sospechando del rol de Héctor en el asesinato, Vidocq lo atrae gradualmente en una búsqueda peligrosamente estimulante que les lleva a la verdadera historia de lo que pasó con el hijo de la familia real asesinada.Oficialmente, el delfín murió de una muerte brutal en la temida Temple, una amenazante torre negra de París de la cual no hay salida, pero durante mucho tiempo se ha especula sobre la posibilidad de que el heredero de diez años de edad podría haber sido pasado de contrabando fuera de su celda de la prisión. Cuando Héctor y Vidocq se encuentran con un hombre sin memoria comienzan a preguntarse si no es el mismo delfín que vuelve de entre los muertos. Sus sospechas se agudizan con el descubrimiento de un diario que revela una impactante conexión de Héctor con el muchacho de la torre y le apoya en su determinación de que se haga justicia a cualquier precio.En La Torre Negra, Bayard entreteje hábilmente la intriga política, la traición épica, encubrimientos y conspiraciones en un retrato apasionante de la redención familiar y trae a la vida un retrato indeleble de los poderosos y lo profano, Eugéne François Vidocq, primer gran detective de la historia.