En esta obra se estudian los mercados diversificados y las estrategias para atenderlos, empezando por el análisis de los segmentos de consumidores jóvenes de alimentos orgánicos, de acuerdo con sus valores ambientales y estilos de vida. Asimismo, se examinan los mercados de consumo desde la actividad turística en la frontera de Ciudad Juárez, que adquiere significados espaciales y territoriales, que se asocian a procesos de recreación, diversión y entretenimiento que parecieran pasar desapercibidos para sus habitantes. En la misma línea, el enoturismo cobra importancia económica en Sonora, como mercado potencial. La valoración del origen como atributo extrínseco de un alimento en la toma de decisiones de compra del consumidor comienza a tener mayor relevancia. A su vez se relaciona con la innovación, que es un elemento que se ha vuelto sustancial para los empresarios de la industria alimentaria, como la cazuela semipreparada. Una alternativa para ubicarse en los mercados y, al mismo tiempo, contribuir al posicionamiento de las empresas locales, al desarrollo comunitario, así como a la continuidad y trasmisión de la esencia de la gastronomía tradicional sonorense. Otro caso de un alimento tradicional con innovación que se revisa es el de las minicoyotas, concerniente al mercado de exportación. Por último, el término etnocentrismo es analizado como un factor de influencia en las actitudes de consumo, y en sus implicaciones en aspectos económicos y de marketing. Los resultados proyectan al mercado de alimentos tradicionales con una relación histórica y de identidad que les asocia a la cultura en sí misma.