Caroline Shelby llegó al amanecer a Oysterville, Washington, un pequeño pueblo situado junto al furioso Pacifico.
Un lugar que creía haber abandonado para siempre, el hogar que albergaba su corazón y sus recuerdos, pero no su futuro. Diez años atrás, había iniciado una carrera en el glamuroso mundo de la moda de Manhattan. Pero su exitosa carrera había acabado con un inesperado escándalo y una tragedia que la habían obligado a huir.
En el asiento trasero del coche iban dos niños que habían perdido a su madre en un pavoroso instante, Addie, de cinco años, y Flick, de seis. Caroline se había convertido en su tutora, un papel para el que no sabía si estaba preparada.
Pero el Oysterville había cambiado. Sus hermanos tenían sus propios problemas y sus padres estaban deseando traspasar su próspero restaurante a la siguiente generación.
Y también estaba Will Jensen, militar condecorado SEAL de la Marina, que había vuelto a casa tras haber sido herido en el extranjero.
De niños, Will y Caroline habían sido amigos y su amistad parecía haber encerrado la promesa de algo más hasta que él se había enamorado de Sierra, la mejor amiga de Caroline y la chica más guapa del lugar. En un momento de su vida en el que el trabajo de modelo empezaba a escasear para ella, Sierra también se estaba reinventando a sí misma.
Una vez en el pueblo, Caroline regresó a su lugar favorito: la tienda de telas de Lindy Bloom, la mujer que la había inspirado y enseñado a coser. Allí descubrió que, incluso en una idílica población costera, había mujeres que escondían oscuros secretos. Por eso creó el círculo de costura de Oysterville, en el que las mujeres podían sumar fuerzas para apoyarse y superar los problemas que mantenían en secreto.
Justo cuando los niños comenzaban a superar su pérdida, un nuevo desafío puso a prueba el valor y el corazón de Caroline. Pero aquella vez no iba a huir. Iba a plantarse y a luchar por todos y por todo lo que amaba.