Un best seller para toda la vida

Si ves tu carrera y tus relaciones como inversiones —si ayudas, antes de que necesites algo; si sigues realizando a largo plazo un trabajo sensacional—, descubrirás que en ocasiones ni siquiera tendrás que pedir apoyo; tus amigos y partidarios te lo ofrecerán por iniciativa propia.

Si quieres que la gente consuma tu trabajo y sepa qué harás después, debes lograr que se entere de eso lo más fácil y regularmente posible.

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Una campaña publicitaria racional y eficiente implica dos aspectos clave: saber cuánto vale un cliente para ti (o su valor de por vida) y cuánto costará adquirirlo por medio de la publicidad que piensas emplear (costo de adquisición).

Aunque no es indispensable que esas personas sean famosas, deben importarle mucho al público al que tú quieres atraer. Entonces viene la parte difícil: ponerte en contacto con ellas.

El primer paso es el más difícil: hacer algo imponente que supere las expectativas de las personas más ocupadas e importantes o con el gusto más exigente.

El primer paso es el más difícil: hacer algo imponente que supere las expectativas de las personas más ocupadas e importantes o con el gusto más exigente.

Por regla general, sin embargo, entre más accesible sea tu producto, más fácil será comercializarlo. Siempre podrás subir el precio después, una vez que hayas amasado una audiencia.

La mercadotecnia es responsabilidad tuya. No debes cederla a nadie; no existe una empresa mágica —ni siquiera la mía— que pueda reemplazarte haciéndolo. Por famoso que seas, por abundantes seguidores que tengas en Twitter, por fuerte que sea la suma que puedes gastar en este rubro o por imponentes que sean tus acreditaciones, ese deber recae en ti y no será fácil que lo desempeñes.