Harry Benson es un treintañero que sufre de epilepsia psicomotora y psicosis acerca del posible dominio de las máquinas en el mundo. Sus ataques vienen continuados por desmayos, y tras despertarse horas después, no recuerda nada de lo que ha hecho. Durante uno de dichos ataques, ataca a dos personas, a las que produce lesiones graves. Su situación le convierte en un candidato idóneo para una operación sin precedentes consistente en implantar unos electrodos y un miniordenador en su cerebro para controlar los ataques.