Nunca me había importado el dinero, o bueno nunca había tenido que preocuparme por él; pero ahora que quería empezar por mí mismo, quería poder vivir de la misma forma en la que me había criado, pero no a costa de que mi padre me mantuviese, quería triunfar por mi cuenta, hacer que Noah se sintiese segura a mi lado. Mi apartamento en la cuidad no es que fuese barato, pero era pequeño, era un piso de solero, con dos habitaciones, una pequeña sala de estar y una cocina, no estaba mal, pero no era lo que quería para mi futuro. Quería darle a Noah una gran casa, junto a la playa, donde poder verla en bikini todas las veces que me diera la gana, quería enseñarla a hacer surf, hacer hogueras en la arena y dentro de algunos años fundar una familia. Vale sé que estaba yendo demasiado deprisa, pero estaba jodidamente enamorado de esa chica, no podía evitar hacer planes y pensar en nuestro futuro juntos.