No siempre se lastima cuando no se quiere. Bratt ha sido un amigo incondicional, es la última persona que se me hubiese ocurrido traicionar, pero pasó y pensé que todo quedaría tal cual. Gran error, porque quiero mucho más de la mujer de ojos azules que él mira en este preciso momento, a la cual no se me da la gana de dejar en paz.
«Lascivia», «lujuria», «deseo»… No sé con cuál de estas palabras definirme, solo tengo algo claro y es que las cosas no seguirán así después de todo, porque lo que me apetece es romperle la ropa a Rachel James, follarla hasta cansarme, no verla de blanco junto a Bratt y mal por ella, porque no soy el tipo de hombre que se queda con las ganas.