Nadie podría haber predicho que una terrible equivocación me llevaría ante las puertas del mismísimo infierno, y ni mucho menos que el diablo tendría los ojos azules.
La crueldad del famoso crítico literario Angelart, es una bomba de destrucción masiva ante la que nadie sabe reponerse, y menos aún una escritora principiante a la que le temblaron las piernas en cuanto la miró. Se suponía que nuestra relación empezaría y acabaría tras ese encontronazo en el que lo declaré mi acérrimo enemigo, pero el destino se empeña en ponerlo en mi camino una y otra vez y, sinceramente, no sé qué puede salir de todo esto. Lo único de lo que estoy segura es de que la enemistad acaba allí donde empieza el deseo, y que el deseo es el primer paso para llegar al sentimiento más profundo jamás experimentado.
Aunque, ¿quién dice que la atracción será suficiente para salvar el abismo que nos separa? ¿Y quién podría haberme dicho a mí, precisamente a mí, que me moriría por saber qué esconde esa mirada?