En las circunstancias más inesperadas, Heather vive un encuentro que cambiará su vida para siempre. Aunque ella no lo sepa, a otras mujeres ya les pasó lo mismo. Un hombre le va a descubrir que todos los misterios de su vida, todas las cosas que se ha empeñado en mantener a oscuras en un rincón de su memoria, pueden cambiar para bien si arroja sobre ellas la luz de la ternura. Él se llama Joe, lleva chupa de cuero y monta una Harley espectacular. Cada vez que le habla brilla en sus ojos una sabiduría divina. Al principio, Heather teme dejarse llevar, pero a medida que pasa el tiempo, a medida que van ocurriendo cosas en su vida, entiende que cuando aprenda a amarse a sí misma su vida experimentará un cambio radical. Al final, la única verdad importante, sea por revelación divina o por descubrimiento personal, es que la felicidad no es un derecho sino una obligación. «Dios vuelve en una Harley» nos propuso un camino hacia la felicidad a través de la ternura y el humor. «Hasta el cielo», un paso adelante en la carrera de Joan Brady, nos enseña que no existen las reglas universales; cada uno tiene su propio camino.