Acostumbrada a vivir en la gran ciudad, la bella Zoe Kozlowski acudió a Pinehurst a recuperarse de su separación matrimonial y de la aterradora lucha contra el cáncer de mama. La apasionada fotógrafa se lanzó enseguida a llevar a cabo un ambicioso proyecto: convertir su casa en un pequeño hotel. Afortunadamente, el mejor arquitecto del pueblo, que además era el soltero más codiciado, resultó ser su vecino, Mason Sullivan.
El interés de Mason por las obras de la casa no tardó en convertirse en una auténtica pasión… no sólo profesional. Pero por muy encantadora que fuese Zoe, también suponía un doloroso recuerdo de su infancia y Mason había prometido que no volvería a correr el riesgo de perder a alguien a quien quisiese.